Me he cansado porque ha resultado ser un auténtico coñazo de tía. Una pesada, vamos.
Pesada del verbo ¡Qué pesada es esta tía! no del verbo ¡Cuánto pesa esta tía!, digo.
Lo preocupante no es que yo me haya cansado de Mónica. Lo preocupante es que Yo se lo he de comunicar a Mónica, la
Y se lo tengo que hacer saber porque me irrita sobremanera que grite mi nombre mientras llama a la puerta. Tanto entusiasmo me está matando.
Y tampoco soporto que me acaricie la mano durante las dos horas y media que dura la peli porque a los diez minutos se me queda dormida (la mano, no Mónica) y me paso las siguientes dos horas y veinte minutos pensando en que no me la siento y así no hay dios que vea una jodida película, sinceramente.
No soporto tampoco, por ejemplo, que..., bueno en realidad no soporto un huevo de cosas de Mónica. De hecho creo que no soporto a Mónica. Sin más.
Llevo meditando desde hace un rato cómo encontrar la manera de decirle a una tía eso de "Tenemosquehablar: me he cansado de ti y de aquí en adelante, si te es posible, me harías un favor si me ignoraras por completo porque yo te voy a ignorar por completo a ti". La manera de decírselo sin que se enfade o, en su defecto, me pegue un puñetazo, digo.
La guerra no sé pero está claro que esta batalla la tengo
No soy muy listo (bueno un poco sí) pero es que para pensar lo contrario habría que ser Gilipollas.
Por completo también.