7.

Tengo nueva vecina.
Ha bajado a presentarse. Como en las pelis americanas y eso, sí. He estado a punto de preguntarle dónde se había dejado la tarta de manzana pero no estaba seguro de que pillara a la de ya el extraño humor que me caracteriza y recordemos que no hay una segunda oportunidad para dar una primera impresión.
Es morena y tiene los ojos negros.
Está tremenda, la verdad.

- ¿Tienes un gatito? 
- Errr..., sí, pero...
- ¡Me encantan los gatos! Son tan... abrazables.
- ... a mí también.


He estado a punto (otra vez) de decirle que dudaba de que la palabra "abrazable" existiera en el diccionario que tenemos el resto de los seres humanos normales o en cualquier diccionario en definitiva pero... ¿he dicho ya que está TREMENDA?

- Med, te presento a...
- Mónica (sonrisa).
- Un placer, Mónica (sonrisa). Yo soy ÁlEX  (sonrisa) y ésto ésta es Med, mi puta abrazable gatita (SONRISA).
- Bueno, ya sabes dónde estoy, ÁlEX. Y tú también princesa (le dice a Med mientras acaricia dulcemente al montón de pelo blanco al cual yo soy alérgico y odio a partes iguales).
- Lo mismo digo, Mónica, si alguna vez quieres sal, follar, que te enseñe a hablar o lo que sea ya sabes dónde encontrarme.

Y se ha ido.
Dejándome a ocho escalones del cielo.
Justo los que me llevan a su casa.

¡Gracias por abandonar también a Med... Miriam! (¿Miriam?)
¿Cómo coño se llamaba la pelirroja aquélla abandonahombres (y gatos)...?




6.

Esta mañana, cuando me he ido a currar, me he dejado encerrada en el baño a Med.
Ha sido sin querer.
Creo.

He estado todo el día pensando en la gata de los cojones.
Con lo hija de puta que es seguro que se ha puesto a maullar como una cabra para llamar la atención de los vecinos y dentro de un rato me viene a buscar la poli y me arresta por maltratador de animales o algo así. 
Ya me veo en los periódicos mañana a cara descubierta con un enorme titular que diga que "Dejó encerrada a su pobre e inocente gatita en el lavabo para vengarse de su ex que lo abandonó como a un perro dejó".


Al llegar a casa, nueve horas y veintisiete minutos después, la gata seguía viva desgraciadamente.
Si Med hubiera sido un perro, nada más liberarla de su encierro, hubiera corrido a mis pies, agradecida, moviendo el rabo de un modo incansable, intentando (si yo me dejara, que no hubiera sido el caso) lamerme la cara.
Por eso me gustan (un poco) más los perros, puedes estar una semana entera sin darles siquiera agua para beber pero ellos continúan ahí, meneando el rabo sin esperar nada a cambio.
Med, la puta gata, ha tardado más de siete minutos en salir del lavabo cuando le he abierto la puerta nada más llegar a casa. En lugar de levantarse y darme la bienvenida, agradecida, por haberle salvado la vida, se ha quedado ahí, inmóvil, sin inmutarse, como si, en lugar de llevar casi diez horas encerrada, sin comer, sin beber y (lo más importante) sin cagar o mear (los gatos no cagan ni mean fuera de su particular recipiente con arena especial para gatos) (en el caso de Med arena perfumada), como si llevara un par de minutos ahí tumbada.

A veces pienso que Med sabe leer, escribir y habla siete idiomas o algo así. Que llama a Marian a diario para informarle de si me he muerto por fin o, para su pesar, continuo respirando.

He ido a mear y no he levantado la puta tapa del wáter. Me he asegurado de que Med podía ver semejante locura para que se lo cuente a Marian la abandona hombres .


Creo que me estoy volviendo loco.

5

Quizá hayan raptado a Marian y la pobre esté atada de pies y manos en cualquier casucha abandonada en medio de la nada. Suplicando para que yo vaya en su busca y la rescate de un loco de ésos que salen en las noticias de las tres a diario. Mientras yo lanzo dardos envenenados de rabia a una foto con su imagen muy ampliada para no fallar.



Mensaje para: Marian
Asunto: Duda.
De: ÁlEX
¿Sigues viva?


Mensaje para: ÁlEX
Asunto: Duda.
De: Marian
Que te jodan.


O quizá no.

4

He ampliado una foto de Marian y la he colgado (la foto no a Marian) en una de las paredes del salón.
Luego he buscado los dardos de la diana que, precisamente, Marian me regaló mi pasado cumpleaños y me he pasado unos veinte minutos (quizá veintidós, no recuerdo bien ahora) lanzándolos desde el sofá sustituyendo la diana de marras por la imagen ampliada de Marian.

El resultado ha sido mi cara totalmente deformada dada mi nula escasa puntería mientras Med, la puta gata, parecía sonreír desde una esquina de la casa.

Recordar: la próxima vez ampliar una foto donde sólo salga Marian.
Recordar 2: Matar a la puta gata.

3

Sigo vivo.

Med también.
Desgraciadamente.