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Odio que la gente no respete mi espacio vital cuando me habla. Se van acercando poco a poco mientras yo retrocedo lentamente sin escuchar lo que dice mi interlocutor porque lo único que piensa mi mente justo en esos momentos es que la persona es cuestión está rebasando la línea imaginaria que hay pintada en el suelo: ése es tu lado, ÉSTE es el mío.

Odio que me llamen Cielo, Cari, Cora (éste es la rehostia), chiqui y demás gilipolleces. No me fío de la gente que termina con un cielo una frase y menos todavía si me acaba de conocer. Es como si intentaran verbalmente derrumbar el muro (imaginario también, sí) de No somos amigos y crear una confianza que ni les he dado ni les voy a dar en la puta vida ya. Por llamarme cielo.

Odio a todos aquéllos que diminutizan (esta palabra me la acabo de inventar, creo) los nombres para así resultar más cariñosos y más molones mandando a  mi línea y a mi muro imaginarios los dos juntos a tomar por culo
Deberían saber que hay nombres que NO tienen diminutivo. Joder.
Hoy un compañero de curro me ha llamado AL.
¿AL?
¿Qué coño de nombre es AL?
No sé si deberían saberlo lo que sí sé es que deberían extinguirse, coño. Una persona que te llama AL no tiene que aportar mucho a la humanidad.
Por lo menos a la parte normal de la humanidad.

Deberían darme un plus por compartir mi oxígeno cada día con ese tío.

6 comentarios:

  1. Día quejica por lo que veo.
    Siempre me ha dado rabia que me invadieran así, sin previo aviso mi cuadradito. Tanto para hablar como para abrazarme o demás.
    Me gusta mi espacio vital.

    Yo no soporto a quienes dicen guapa siempre, todos los días, porque los días que estás bien, te parece "guay" pero los días que estás de malas o más fea/o de lo normal, realmente llegas a odiarlos.

    Y no te quejes del nombre, poca gente me llama Ana, o se inventan el segundo nombre (que no tengo) o me dicen cosas como anusca, ani, anu...

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  2. Anónimo13:41

    ¡ME ENCANTA TU BLOG!

    Fdo: El puto AL.

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  3. Flanderismo (de Flanders, Ned):

    Característica por la cual el sujeto al expresarse tiende a diminutizar cualquier palabra de su discurso, aunque esto no venga al caso, conviertiéndole por ello, en un gran panoli.
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    Lo malo de que se arrimen al hablarte es que padezcan halitosis, puaggg.

    Adiositooo

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  4. Te has dado cuenta que sin marcador de seguidores algunos colgados ( entre ellos yo) nos acordamos del tio del gato??

    Por cierto como está la gata, me da miedo que no hables de la pobre... que le has hecho?

    Por ciero odio todo lo que te pasa a ti , la gente no respeta el espacio vital y normalmente es gente que le huele el aliento! uuff!!!

    Y sobretodo odio la gente que en el metro me roza la pierna gracias a los de tmb que deciden que debemos amarnos todos.

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  5. No veas no, la de cosas que te tocan un poco los COJONCILLOS.

    Muahahaha...

    Particularmente no comparto este repelús hacia la proximidad los diminutivos. Para bien o para mal, ese espacio personal en mi es más bien reducidito (uhuh) y lo puedo agrandar o disminuir más todavía dependiendo de la persona.

    Pero quien se te acerca mucho y no sabe ver que te está incomodando es un idiota, solo por no tener suficiente inteligencia como para leer tus sensaciones.

    Yo a una Ana la llamaba Nietoscka. Supera eso, Ana Pepinilla.

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  6. Cari, quizás sea ese tío el que comparte su oxígeno contigo.

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