Marian me ha dejado.
Como se abandona a un perro en verano cuando te dicen los del
Todo Incluído que no aceptan animales en su hotel.
He tardado unos treinta y cinco minutos en darme cuenta de
semejante tal hecho, justo cuando, después de afeitarme y ducharme, he abierto el armario para ponerme el pantalón de estar por casa.
Nuestra casa. Y he comprobado que aproximadamente el ochenta y cinco por ciento de su capacidad (la capacidad del armario no la de Marian) quedaba al descubierto, dejando
bailando a solas a mis camisas y al resto de mi ropa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario